Seguimos paseando por Lisboa, a puro sol y ejercitando nuestras piernas, esta vez por el Barrio Alto. Más miradores, más callecitas coloridas, jardines, tranvías y funiculares.


Volvimos a dejar nuestro auto en el Parking de la Plaza Restauradores, pero esta vez caminamos para el lado contrario al río, por la lindísima y arbolada Avenida da Liberdade.


Sobre mano izquierda, nos sorprendió un mercadito callejero de antiguedades bellísimas y artesanías en corcho, algunas super lindas y originales. También cantidad de tentadores azulejos. Esta zona también alberga tiendas y hoteles de lujo, así como teatros.



Como les comenté en el post anterior, Lisboa es una ciudad para caminar mucho, pero también para descansar y disfrutarla desde sus miradores. Nuestro próximo objetivo era justamente el Mirador de San Pedro de Alcántara, y para llegar nos tomamos el Ascensor da Gloria que une la Baixa al Bairro Alto, o más concretamente, la Praça dos Restauradores con este Mirador.


El mirador de São Pedro de Alcântara es uno de los más amplios e icónicos puntos de observación de Lisboa. Queda junto a la cima del ascensor de Glória y ofrece un panorama especial de la ciudad formando además, parte de un jardín bellísimo y bien cuidado.
Aquí también nos tocaron trabajos de mantenimiento, pero así y todo me pareció lindísimo. Me gustó observar como los lisboetas disfrutan de estos espacios: leyendo bajo un árbol, descansando, tomando algo fresco comprado en los característicos Quioscos...



Como en toda Lisboa, las veredas no dejan de ser un atractivo en sí mismo. Están hechas a partir de piedras calizas, trabajada y colocada a mano. Tienen elementos geométricos, figurativos o específicos, de acuerdo con los espacios y los gustos del momento en el que fue colocada y me pareció super interesante leer (y comprobar!) que tienen una enorme responsabilidad en la creación de la luz única de la ciudad, ya que refleja de forma intensa toda la luminosidad que recibe.


Si bien las vistas creo que me gustaron más las del día anterior (desde los Miradores del barrio de Alfama) este mirador en particular me pareció bellísimo, supongo por su árboles y el diseño en sí. Para mí es visita obligada! Sobre todo porque después sugiero caminar hacia el Jardín du Principe Real, otro espacio verde divino, al que se llega caminando por calles sumamente encantadoras.





Desde el Jardín du Principe Real, continuamos disfrutando el Barrio Alto en dirección al Chiado. Cada vez me enamoraba más de sus construcciones, de sus colores, tanto pasteles como vibrantes, de los azulejos por doquier y de los faroles. Amo los faroles, y Lisboa me regaló cantidad.





El Barrio Alto es una zona muy popular de Lisboa, sobre todo casi llegando al Chiado. Es famoso por la vida nocturna de Lisboa, abarrotado de pequeños bares de muy diversos estilos y donde todas las noches de la semana hay personas que disfrutan tomando algo ya sea en los diferentes locales, o bien en la calle. Durante el día, como ven, también es sumamente disfrutable! No podía parar de sacar fotos!



Llegamos al Largo de Camoes y al señorial barrio del Chiado, de tradición intelectual. 
El barrio sufrió un aparatoso incendio en 1988, tras lo que ha sido renovado adquiriendo un carácter algo menos tradicional y más comercial, pero sigue siendo un lugar vinculado a la cultura y la bohemia local. De hecho, aquí se encuentran las librerías más tradicionales de Lisboa o cafés con tradición literaria, como A Brasileira, con su estatua de Fernando Pessoa sentado en una mesa colocada junto a su puerta (siempre lleno de turistas, claro!) además de tiendas y un centro comercial.




De este lado de la ciudad, nos quedaba un Mirador que visitar. Más que nada fue la excusa para seguir perdiéndonos por las calles de la ciudad.



Impresionante la foto anterior no?! Creo que los lisboetas no necesitan ir al gimnasio! Con sortear caminando estos desniveles, están hechos! :)
Finalmente llegamos sin tanto esfuerzo al Mirador Santa Catarina o Adamastor, un espacio muy 
 frecuentado por jóvenes para ver la puesta de sol. Nosotros nos perdimos la mejor hora, pero igual disfrutamos almorzando algo con esta vista increíble en el bar/restaurante (también hay un Quiosque para algo más rápido). Además, los alrededores del mirador tienen casas divinas, un barrio super lindo.

La enorme estatua de Adamastor representa a la figura mítica que el poeta Luís Vaz de Camões creó para simbolizar el Cabo de las Tormentas, que es como se llamaba el Cabo de Buena Esperanza, donde tantas carabelas naufragaron. Cruzado por los marineros de Bartolomeu Dias en 1488, el Adamastor dejó de ser temible y hoy es la mejor compañía para ver el crepúsculo en el mirador de Santa Catarina.



Otra bella imágen de Lisboa es la que se tiene del Ascensor de Bica, el funicular más fotografiado de Lisboa por el contraste entre la vía empinada y el Tajo al fondo. Es realmente increíble. Une el Largo do Calhariz a la Rua de São Paulo, en una bajada vertiginosa que puede hacerse a pie, pero debe ser tremendo! Nosotros subimos nos más de 200 mts y casi morimos!




Continuamos hacia el Convento do Carmo, cuyas ruinas de la Iglesia gótica y demás construcciones fueron destruídos en el terremoto de 1755.  Hoy estos restos son Museo Arquológico y se puede visitar. La plaza enfrente es muy linda y arbolada, ideal también para para descansar un rato.




A pocos metros, se encuentra el acceso al Elevador de Santa Justa, uno de los monumentos históricos más famosos de Lisboa. Obra de Mesnier du Ponsard, fue originalmente llamado Ascensor Ouro-Carmo, ya que une Rua do Ouro al Largo do Carmo, en una estructura de estilo neogótico completamente distinta a los otros ascensores de la ciudad. Las cabinas de madera elegantemente decoradas con latón evocan un viaje en el tiempo.
Tanto para bajar o subir, según donde uno se encuentre, siempre hay cola. Nosotros aprovechamos a espiar un poquito desde el mirador, pero no tomamos el ascensor.




Viendo una alternativa para bajar hasta el Chiado, descubrimos al costado del Convento de Carmo unas escaleras y ahí nomás, un ascensor normal, el clásico que vemos en cualquier edificio. Lo tomamos y aparecimos abajo, en una tiendita al lado de un negocio de MUJI. Fue genial! y gratis! La verdad que ya habíamos disfrutado cantidad de vistas, y el ascensor en sí, se ve lindo desde abajo.


Lisboa es agotadora a causa de sus colinas, y es doblemente bella gracias justamente, a las vistas que proporcionan las mismas. Te cruzás con escalinatas que no sabés bien donde conducen, funiculares que sortean la ley de gravedad y te enamorás de colores y detalles que la luz, bella a toda hora del día, ilumina de forma muy especial.





Sé que los lugares son diferentes según la época del año... Lisboa en Junio, es sumamente bella y muy disfrutable. De todos modos, espero poder volver y conocerla más. Algún otro Junio o cuando sea :)

Espero lo hayan disfrutado conmigo!




Más info:
https://www.visitlisboa.com/es

* Caminar, subir, bajar y algunos tips :)
Nosotros no tomamos tranvía en Lisboa (el clásico  iba siempre lleno y preferimos caminar), pero si Ascensores, así llaman a los funiculares que salvan pendientes TREMENDAS. Tampoco tomamos metro PERO, un gran tip: desde la Baixa, si quieren subir hasta el Chiado evitando la gran pendiente, entren a la estación de metro sólo para ir por adentro. Sus pulmones y piernas agradecerán a los pasadizos y escaleras mecánicas que te conducen al Largo de Camoes con mucho menos esfuerzo :)
* Dormir
Nos alojamos en el Holiday Inn Express Lisbon, Alfragide 
El hotel queda alejado del centro, y la verdad sólo lo recomiendo si tienen auto y si lo consiguen como nosotros a un muy muy buen precio. Yo siento que me faltó un poco sentir el ritmo de la ciudad, sobre todo estando unas pocas noches.

* Comer
Como ya les comenté, la comida en Portugal es muy rica, sobre todo si te gusta el pescado! Si van en verano como nosotros, no dejen de tomar sangría. Probamos de vino blanco, rosado... todas increíbles! Como toda gran ciudad, Lisboa está llena de opciones de todo tipo. La zonas que más me gustaron están en el Barrio Alto,  por la Iglesia de Carmo y la Rua Diario de Noticias, esta última no puede más de la onda.
Recomiendo la Cervejaria Trindade: un antiguo monasterio donde los mozos te sirven vestidos de frailes. Hay muchos locales además de turistas, algo que para mí siempre un buen signo.
Otra noche comimos muy bien en Cocheira Alentejana, sobre la Rua Diario de Noticias donde hay un restaurante al lado del otro. Justo enfrente hay un Wine Bar que nos encantó: The Old Pharmacy Wine Inn, para tomar algo o degustar oporto, todo con una deco de farmacia vintage increíble.

* Visitar:
Además de los barrios del centro históricos de la ciudad, divinos para recorrerlos a su ritmo, un imperdible para visitar desde Lisboa es Sintra. Nosotros fuimos por el día y la visita a sus Palacios es espectacular - pronto les cuento más!
También se pueden visitar Cascais, de las playas más lindas cerca de la ciudad y Estoril, famosa por su Casino (bastante feo estéticamente) y sus casas señoriales.

Belem 
Desde Lisboa se llega con el tranvía número 15 que sale de la Plaza da Figueira, atraviesa casi toda la Baixa y va paralelo al río Tajo desde Cais do Sodré. Hay también una estación de tren de cercanías y varias paradas de autobuses. Si van en auto, como nosotros, no es muy difícil conseguir para estacionar (te cuento de nuestra visita a Belem en la parte I, abajo el link)
- Monasterios de los Jerónimos y Torre de Belem