Las ciudades amuralladas me son irresistibles. Si además están bien conservadas, con casitas bien blancas con techos de tejas y toques de azul, rojo o amarillo, cantidad de flores y calles adoquinadas por donde perderse un buen rato... entenderán lo que disfruté caminar la bella Óbidos.


Llegamos a Óbidos desde Oporto, habiendo parado en Aveiro, Costa Nova, Fátima y Nazaré (hay posts sobre las dos primeras, y al final de éste, de yapa algo sobre las dos últimas).
Sabíamos que era chiquito y como íbamos a dormir acá, aprovechamos el atardecer tardío del principio del verano para recorrer sus callecitas con las últimas horas de luz.




Dicen que el pueblo medieval de Óbidos es uno de los más pintorescos y mejor conservados de Portugal. Suficientemente cerca de Lisboa y situado en un punto alto, cerca de la costa atlántica, Óbidos disfrutó de una importancia estratégica en el territorio. Ocupado antes de que los romanos llegaran a la Península Ibérica, el pueblo prosperó a partir del momento de su elección por parte de la familia real. Desde que el rey Don Dionisio se la regaló a su esposa Doña Isabel, en el siglo XIII, pasó a pertenecer a la Casa das Rainhas, que era el conjunto de bienes que otorgaban los monarcas portugueses a sus esposas, las cuales, a lo largo de las diferentes dinastías, la fueron mejorando y enriqueciendo. Esta es una de las principales razones por la que encontramos tantas iglesias en esta pequeña localidad.



Intramuros encontramos un castillo bien conservado y un laberinto de calles y casas blancas. Entre pórticos manuelinos, ventanas floridas y pequeñas plazas, uno no para de sacar fotos! 
Es muy recomendable visitar el Castillo y caminar por la muralla y el acueducto, desde donde se tienen unas vistas lindísima de Óbidos y sus techos de tejas.






Es tan tan lindo caminar pos sus calles adoquinadas, tan lindos sus colores y las flores que asoman de patios, ventanas y jardines... y una gran noticia saber que nos quedábamos a dormir en este lugar tan especial.





Además de sus colores y casas floridas, la otra gran atracción de Óbidos es la ginjinha de Óbidos (licor de guindas), que se puede disfrutar en varios lugares, preferentemente en un chupito de chocolate. La verdad, no soy fan del chocholate con alcohol, y por la hora teníamos más ganas de una cerveza que de una ginjinha... pero la ofrecen por todos lados!!






Nuestro hotel fue una gran elección, super recomendable. Incluso cuando nuestra habitación era algo antigua y con varios detalles por mejorar, las áreas comunes de The Literary Man Óbidos son increíbles. Todo todo en este hotel boutique es una oda al libro. Tan lindo era que a pesar de haber varias opciones para comer, decidimos quedarnos a cenar acá mismo. Y fue tan tan buena elección!



A la mañana siguiente, después del desayuno servido también entre libros, claro! hicimos una última mini caminata, agradecidos por el maravilloso día anterior y por haber amanecido acá.



Ya en el auto, mientras no alejábamos, cruzamos a un carruaje que seguramente iba a recibir a los turistas que pronto llegarían a visitar por el día esta ciudad.
Para nosotros nos reforzó aún más la idea de que acabábamos de salir de un cuento, de una cuento con aires medievales, casitas blancas con tejas y muchas flores.




Ojalá hayan disfrutado con este paseo virtual tanto como lo hicimos nosotros!

Buen Miércoles!


Más info:
https://www.visitportugal.com/es/node/73768
http://www.obidos.pt/

* Dormimos y comimos en The Literary Man Obidos
http://www.theliteraryman.pt/
El hotel en sí mismo es una biblioteca, y hay muchos libros que se pueden además comprar. Imperdible, es una gran experiencia en sí misma. Creo de los hoteles con más personalidad que he conocido. Sumado al lugar en el que está... me hubiese quedado varios días!
La cena también estuvo genial! Muy recomendable!
Tomamos la habitación standard y necesita remodelación YA. De todos modos volvería porque  las areas comunes lo valen y entre el pueblo y el hotel que son divinos no estás mucho en tu cuarto.
Está a los pies de la muralla, ubicación perfecta para una vez que lograste estacionar, hacer todo caminando (no se permiten autos dentro de la muralla).


* La ruta completa de mi último viaje por España y Portugal en este post:
http://www.veropalazzo.com.ar/2017/07/por-las-rutas-de-portugal-y-espana-mi.html

Mis posts de Portugal:
* Enamorados de Oporto - Parte I
* Enamorados de Oporto - Parte II
* Los colores de Aveiro, la Venecia Lusa


Yapa: 

Fátima y Nazaré
Después de nuestro stop en Aveiro y Costa Nova, visitamos el Santuario de Fátima. Estuvimos poco tiempo, pero lo suficiente como para emocionarnos. El Santuario esta en una zona boscosa, de las tantas de Portugal y se siente una paz hermosa, difícil de poner en palabras.




Comimos algo rápido en los alrededores del Santuario y seguimos hacia Nazaré, una de las villas portuguesas más típicas. Lamentablemente, mientras subíamos con el auto entre callecitas divinas hacia Sitio, el centro histórico en la cima del acantilado, la bruma era cada vez más espesa, tan espesa que casi no pudimos ni adivinar el mar.



De todos modos, descansamos un rato a los bordes del acantilado, intentando adivinar el mar cuando alguna nuvbe más débil nos dejaba! Y también admiramos la belleza de la Capilla de la Memoria, lugar donde nació esta villa gracias a la leyenda de Nuestra Señora de Nazareth.


Nazaré también es conocida por el surf y sus olas gigantes en los meses del invierno europeo donde se celebran campeonatos para los más osados. Googleen, hay fotos con unas olas impresionantes!



Nuestro día era largo y nos esperaba Óbidos, pero es un muy recomendable stop si van camino norte o sur. Almorzar algo en la playa y antes o después, disfrutar de esta característica villa portuguesa.