Cuando armamos la ruta de nuestro viaje, viendo las opciones donde parar una noche entre el Sur de Francia y el País Vasco, decidimos hacerlo en Carcassonne. Y lo bien que hicimos! Esa tarde fue como meterse dentro de un historia medieval con un castillo divino como escenografía principal.
Saliendo de Saint Paul de Vence, teníamos unas 4/5 horas hasta Carcassonne. Para no perder la costumbre, paramos en Avignon. No hago post, porque la visitamos un poco a las corridas, y además entramos al Palacio de los Papas, visita que lleva un buen rato y que no sé si recomiendo mucho estando poquito tiempo! Lo que sí NO hagan definitivamente es bajarse en Spotify la canción del puente de Avignon... con marido la cantamos en versión Inglés, Francés y Español varios kilómetros jaja!
Finalmente, llegamos a Carcassonne, dejamos las valijas en el hotel y fuimos a la ciudad Medieval aprovechando las últimas horas de sol. Situada en la ribera derecha del Aude, la Ciudad Medieval es una ciudad fortificada única en Europa por su tamaño y su estado de conservación. Este pueblo medieval todavía habitado y sus 3km de murallas son accesibles de día y de noche por la Puerta Narbonesa y por la Puerta del Aude. Gran parte de la Ciudad Medieval se visita libremente.
El árido terreno entre Perpignan y los Pirineos es conocido como el Pays Cáthare, en referencia a la orden cristiana de los cátaros que llegó a esta zona huyendo de las persecuciones del S. XII. Se podría decir que los cátaros eran algo así como los fundamentalistas de la época, lo que inevitablemente los enfrentó a la Iglesia de Roma. Situada sobre una loma rocosa y rodeada de murallas y torretas, la fortaleza de Carcassonne fue uno de los mayores bastiones de los cátaros. Tras el sitio de 1209, el castillo quedó abandonado, pero afortunamente salvado de la destrucción en el S. XIX por Viollet-le-Duc que reconstruyó las murallas y añadió los tejados a las torretas.
La ciudad Medieval, con su su historia marcada por 2000 años de conquista y la huella del Catarismo y sus cruzadas, es Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Además de recorrer lo que más puedan de esta ciudad medieval, no dejen de entrar a la Basílica de Saint Nazaire, de los siglos X/XII con unos vitraux increíbles.
La ciudad amurallada está llena de tiendas, pero que cierran temprano. Lo que sí quedan abiertos son la cantidad de bares y resturantes, uno más tentador que otro. Para hacer más especial nuestra visita de aires medievales, apenas se hizo de noche y justo cuando nos sentamos en el restaurante elegido se largó una tormenta terrible! Un placer ver la lluvia caer sobre las centenarias callecitas de piedra, las lucecitas prendidas de los demas bares sobre la Place Marcou de la Cité y frente a nosotros un vinito rosé de La Provence despidiendo nuestra última noche en la France.Antes de irnos, nos llegamos hasta el Canal du Midi, también Patrimonio Mundial de la UNESCO. El canal fue obra de Pierre-Paul Riquet realizada en el siglo XVII para unir el Atlántico con el Mediterráneo. El Canal du Midi que antaño se utilizaba por el transporte de mercancías y personas, está hoy frecuentado por numerosos aficionados a la navegación y turistas... J dice que la próxima vez en esta zona, lo recorremos en barco. No estaría mal no?!
Y como el viaje sigue, nos despedimos del Castillo y su fortaleza y del Canal du Midi. Gracias Carcassonne por tus aires medievales... ahora nos toca atravesar los Pirineos y llegar hasta el Atlántico en nuestro autito alquilado.
Buen fin de semana!
Buen fin de semana!
Alojamiento: en nuestro caso, caimos un Viernes a la noche y la verdad las opciones eran bastante caras para lo poquito que íbamos a estar. Terminamos en un Ibis bastante feo, en las afueras. Igual eran 5 minutos en auto de la Ciudadela y cumplió su función, con cama cómoda y sábanas limpias. Pero busquen mejores opciones!
Caminatas, bicis, cruceros fluviales: el Canal de Midi es realmente bellísimo en todo su recorrido (larguísimo, busquen más info porque es super interesante!) desde Carcassone hay varios cruceritos para un paseo corto. Pero también existe la opcion de chartear un barco con tripulación y todo (espiamos uno donde estaba el desayuno listo para sus ocupantes y nos copamos!). Además, el Canal es divino para Caminatas o bicicleteadas por la ribera.
Comer: el plato típico de la región del Languedoc es el cassoulet, un especie de guiso con animales varios dentro... marido se le animó :) Comimos muy bien en La Table de la Reine, sobre la Place Marcou de la Cité.
* Podés ver los posts anteriores de esta recorrida por el sur de Francia en la categoría Alma Viajera
y en este post está el día a día del viaje completo.