Paso muchas horas en mi escritorio, que hace las veces de taller cuando trabajo con objetos y muebles chicos, por lo que de vez en cuando me gusta renovar algunas cosas... y esta vez fue el turno de las sillas.




Gracias a mi cuñada, llegaron estas sillas de Ikea a casa. Siguen en el mismo lugar original, en mi escritorio/taller, pero me había cansado del color y por eso una tarde de verano pasaron a ser grises!


Era bastante fácil desarmarlas (aunque lo debería decir J que es el que lo hizo :)) y más aún pintarlas: por el tipo de superficie, me decidí por aerosol, en un gris que me gustó mucho.
No hay mucho secreto con el aerosol: batirlo bien bien antes de aplicar, y luego, ir cubriendo despacio y sin que se acumule pintura para evitar gotitas indeseadas. Pueden dejar secar unos minutos de cada lado y volver aplicar otra mano para que quede parejo... y listo! en unas horas listas para volver a armar!




Estas sillas son el modelo Jules de Ikea, creo ya no lo venden en este tamaño pero para mi son súper cómodas y versátiles. Y encima las cambiás de color muy fácilmente! ja
Las mías "eran" rojas!


Increíble el cambio que puede hacer un color no? Si bien después de varios años se mantenían muy bien, tenían algunos roces en los bordes por lo que ahora parecen como nuevas y me siento de estreno! Además, en este momento, me estoy llevando mejor con los grises ♥


El cambio fue aplaudido por todos los que lo vieron... A ustedes les gustó?
Se animan al aerosol para un cambio express?!

Buena semana!

PS: nos gustó tanto el gris, que lo usamos para tunear la lata de yerba que les mostre acá y en IG!