Quedó pendiente esta segunda entrega de Cuyo, que sigue sorprendiendo con paisajes divinos, pero también con otro tipo de encuentros: mucha gente linda, ricas comidas, buenos vino, hoteles con onda...
Para no marearlos, cuento que luego de Talampaya y Laguna Brava (ver Parte I acá) seguimos rumbo norte recorriendo más de la provincia de La Rioja.
Atravesamos la Cuesta de Miranda, con paisajes divinos y un camino super sinuoso (de esos donde yo no me animo a manejar!)
Pasamos por Famatina, un pueblito adorable a los pies del Cerro Famatina
( nos enorgulleció ver los carteles "EL FAMATINA NO SE TOCA", en contra de la minería a cielo abierto a lo que adhiero 100%)
Ya en la provincia de Catamarca, dormimos en Tinogasta, un puelito que es parte de la Ruta del Adobe. Y para no desentonar, dormimos en el hotel de Adobe Casagrande. Muy básico, pero de lo mejor de la zona, que tiene poco desarrollo turístico. Su restaurante tiene mucha onda, y platos regionales muy buenos.
El próximo pueblito que visitamos es Belén, cuna del poncho. Se puede visitar a las tejedoras y sus telares, y también la feria artesanal del pueblo.
A escasos kilómetros del pueblo, se pueden visitar las Ruinas de Shincal, un importante centro de dominación incaica
Continuamos sumándole kilómetros al auto, y bordeando la pre-cordillera, llegamos a la Provincia de San Juan. Y al pueblo de Barreal.
Nos encantó este pueblito porque hay mucha huerta orgánica, hierbas aromáticas, un restaurant alemán donde se come muuuuuuy rico (y de yapa charlás con los dueños mientras te mandás unas costillitas ahumadas espectaculares), varias posadas lindas, los Andes de fondo...
Además estás al toque del Observatorio Astronómico El Leoncito (que se puede visitar) y la planicie de Pampa del Leoncito, donde corren carrovelismo (algo que no pudimos ver porque se hace en verano). Pero si dimos vueltas al atardecer con tormenta en camino:
En Barreal nos quedamos en La Querencia, divina posada donde hubiese pasado varias noches!
Por camino de ripio, llegamos finalmente a Mendoza. Le dicen la tierra del sol y del buen vino, pero esta vuelta, nos tocaron varias nubes. Igual él, con nubes o con sol, no dejar de ser majestuoso!
Divididimos nuestra estadía en la ciudad de Mendoza entre un hotel céntrico, y las afueras, en la Finca Adalgisa que nos encantó. Todos los detalles están muy cuidados, la dueña está atenta a todo y yo le sacaba fotos a cada rincón!
Recorrimos el Parque San Martín, un parque enorme en la ciudad. Y también visitamos el Museo Fader (pintor argentino que me gusta mucho).
Y luego... dedicación exclusiva a bodegas y degustaciones varias!!
A pesar de que hoy por hoy se produce excelente vino en varias zonas del país, Mendoza fue siempre reconocida por sus vinos, y podemos decir que es la capital del Malbec, la cepa argentina por excelencia.
Así que acá los dejo, con Malbec en mano: Salud!
Y gracias por acompañarme en esta recorrida!
Más info en:
http://www.lariojaturismo.com/
http://www.turismocatamarca.gov.ar/
http://www.turismosanjuan.com/
http://www.turismo.mendoza.gov.ar/
http://www.lonelyplanet.com/argentina/central-argentina/barreal
http://www.winesofargentina.org/
Para no marearlos, cuento que luego de Talampaya y Laguna Brava (ver Parte I acá) seguimos rumbo norte recorriendo más de la provincia de La Rioja.
Atravesamos la Cuesta de Miranda, con paisajes divinos y un camino super sinuoso (de esos donde yo no me animo a manejar!)
Pasamos por Famatina, un pueblito adorable a los pies del Cerro Famatina
( nos enorgulleció ver los carteles "EL FAMATINA NO SE TOCA", en contra de la minería a cielo abierto a lo que adhiero 100%)
Ya en la provincia de Catamarca, dormimos en Tinogasta, un puelito que es parte de la Ruta del Adobe. Y para no desentonar, dormimos en el hotel de Adobe Casagrande. Muy básico, pero de lo mejor de la zona, que tiene poco desarrollo turístico. Su restaurante tiene mucha onda, y platos regionales muy buenos.
El próximo pueblito que visitamos es Belén, cuna del poncho. Se puede visitar a las tejedoras y sus telares, y también la feria artesanal del pueblo.
Sin dato alguno, llegamos a lo de Avar Saracho. Es una casa-taller-tienda regenteada por Antonio, un porteño que se enamoró de Belén y de una catamarqueña. Y juntos producen unos hilados y tejidos tratados naturalmente... pero con onda contemporánea. Nos quedamos un rato largo charlando con Antonio, nos mostró libros de de donde estudia técnicas y se inspira para algunas cosas, vimos los tachos de teñido, la lana secándose al sol...
Cambio de letra a modo de paréntesis, para contarles que este encuentro, fue el disparador para que durante este preciso viaje, le comentara a J que "son re lindas las cosas que tienen en Avar Saracho, las podría vender en casa". Y volvimos a casa, y me contacté con Antonio. Y le encargué chales y carteras así, entre otras cosas:
Y las vendí muy bien, pero que sobre todo me sirvieron para animarme a hacer accesorios, porque necesitaba tener "algunas cosas más para vender". Y asi fue como en ese invierno de 2009, empecé a diseñar bijou... y no paré de crear con mis manos hasta hoy :)
Saliendo de Belén, y rumbo Sur ahora, pasamos por Londres. Si! no estoy loca! Hay un pueblito Londres en Catamarca... igual, sus carteles tampoco ayudan a ubicarnos correctamente... (Juro que no están tocados con Photoshop ni nada similar!)
A escasos kilómetros del pueblo, se pueden visitar las Ruinas de Shincal, un importante centro de dominación incaica
Continuamos sumándole kilómetros al auto, y bordeando la pre-cordillera, llegamos a la Provincia de San Juan. Y al pueblo de Barreal.
Nos encantó este pueblito porque hay mucha huerta orgánica, hierbas aromáticas, un restaurant alemán donde se come muuuuuuy rico (y de yapa charlás con los dueños mientras te mandás unas costillitas ahumadas espectaculares), varias posadas lindas, los Andes de fondo...
Además estás al toque del Observatorio Astronómico El Leoncito (que se puede visitar) y la planicie de Pampa del Leoncito, donde corren carrovelismo (algo que no pudimos ver porque se hace en verano). Pero si dimos vueltas al atardecer con tormenta en camino:
En Barreal nos quedamos en La Querencia, divina posada donde hubiese pasado varias noches!
Por camino de ripio, llegamos finalmente a Mendoza. Le dicen la tierra del sol y del buen vino, pero esta vuelta, nos tocaron varias nubes. Igual él, con nubes o con sol, no dejar de ser majestuoso!
Sí, es el Cerro Aconcagua, el más alto de nuestro continente, reflejado en la Laguna de los Horcones.
Divididimos nuestra estadía en la ciudad de Mendoza entre un hotel céntrico, y las afueras, en la Finca Adalgisa que nos encantó. Todos los detalles están muy cuidados, la dueña está atenta a todo y yo le sacaba fotos a cada rincón!
Recorrimos el Parque San Martín, un parque enorme en la ciudad. Y también visitamos el Museo Fader (pintor argentino que me gusta mucho).
Y luego... dedicación exclusiva a bodegas y degustaciones varias!!
A pesar de que hoy por hoy se produce excelente vino en varias zonas del país, Mendoza fue siempre reconocida por sus vinos, y podemos decir que es la capital del Malbec, la cepa argentina por excelencia.
Así que acá los dejo, con Malbec en mano: Salud!
Y gracias por acompañarme en esta recorrida!
Más info en:
http://www.lariojaturismo.com/
http://www.turismocatamarca.gov.ar/
http://www.turismosanjuan.com/
http://www.turismo.mendoza.gov.ar/
http://www.lonelyplanet.com/argentina/central-argentina/barreal
http://www.winesofargentina.org/