Llega el Invierno y con él, una gran invitación a regalarnos momentos muy "hygge"



Hygge, esa palabra danesa difícil de traducir y que seguro pronunciamos bastante mal :) Pero como leí por ahí, mejor que traducir, explicar o pronunciar, es sentir...





Hygge es propiciar un ambiente especial y cálido. Se trata de una experiencia que busca la intimidad del alma, el placer de las pequeñas cosas. El calor de hogar, el sentirnos en casa. Va más allá de encender una vela... pero ese puede ser un buen comienzo.

 


¿Por qué el invierno es la estación más hygge?
Hay algo mágico en los días más cortos y las noches largas que nos invita naturalmente a bajar el ritmo. El frío afuera se vuelve el pretexto perfecto para crear refugios cálidos adentro. Es como si la naturaleza misma nos susurrara: "es momento de parar, de estar presente, de disfrutar lo simple".

Los daneses y en general los países nórdicos que viven inviernos mucho más largos y oscuros que la mayoría de nosotros, descubrieron que la felicidad no está en esperar que llegue la primavera, sino en encontrar la luz dentro de la oscuridad. Cómo?!




Con pequeños rituales que transformen lo cotidiano
Una mañana lenta: Imaginate despertar sin apuro, preparar tu café o té favorito en esa taza que tanto te gusta, y tomártelo cerca de la ventana. 

La cocina como terapia:
Hornear pan casero o un rico budín de limón como estos que compartí en IG!. Preparar una sopa de esas que amamos en esta época... El hygge encuentra en la cocina uno de sus templos favoritos. No se trata de hacer platos complicados, sino de cocinar con amor y tiempo.

El placer de la lectura: Elegir un rincón especial de la casa, una manta suave y perderse en las páginas de un libro. No hay nada más lindo! 
El plus: te olvidaste un rato del celular. Sí, podemos desconectarnos y no pasa nada.






Decorando en modo hygge 
Texturas que abrazan: Mantas de lana, almohadones de distintas texturas, alfombras suaves. El hygge se siente a través del tacto!

Luz tenue y dorada: Lámparas de mesa, guirnaldas de luces, velas ¡muchas velas!. La luz debe susurrar, no gritar.

Espacios que invitan a quedarse: Un sillón donde realmente sea cómodo leer, una mesa donde dé gusto desayunar despacio o compartir una sobremesa con familia o amigos. No se trata de tener la casa perfecta, sino espacios que nos contengan y propicien encuentros.

Verde vida: para mí es infaltable, no importa el momento del año! Aun cuando en invierno las opciones son menos, siempre podemos encontrar flores, ramas verde o secas y llenar de vida nuestros rincones.
 



El hygge no es solo individual
Una de las cosas más lindas del hygge es que se multiplica cuando se comparte. Invitar amigos a cenar algo casero y poner una linda mesa, tomar mates al sol con alguien querido...
Los daneses hablen mucho de "hyggelig" son esas personas que contagian esa energía cálida y auténtica a los encuentros. Seamos esas personas que crean espacios donde todos se sienten cómodos siendo ellos mismos. Hay algo mejor que eso?!



De mi parte, te regalo este mini Manifiesto Hygge ilustrado con onda #muyVP para que tengamos presente estos pequeños rituales.



Y para terminar te propongo que pienses: ¿qué te hace sentir realmente en casa? ¿Cuáles son esos pequeños placeres que te conectan con la calma? ¿Qué rituales podrías crear para honrar esta estación?




Este invierno que llega puede ser una invitación preciosa a redescubrir el arte de estar presente, de disfrutar lo simple, de crear momentos que nutran el alma.



Feliz Invierno!

Hasta la próxima, 

VP