En uno de esos días buscando muebles y objetos, me encontré con una valijita de madera bastante abandonada... y se vino a casa para transformarla en algún momento.



Le llegó su turno y fueron varios los pasos hasta llegar a lo que ven en las fotos.
Primero la lijé bien, con jugo de limón rescaté el color bronce de los cerrojos y ganchito, recuperé la manija que era de metal y la protegí con anti-óxido y un poquito con betún para oscurecer, encolé y reforcé la "herida" en la tapa... y aunque ya era otra valija, venía la parte más divertida.



Elegí un color siena muuuuy suave para pintarla, la desgasté y para darle el toque "viajero" que toda valijita merece, le pinté/tranferí una especie de sello y la leyenda Bon Voyage.



Para el interior... recordé que (todavía!) me quedaba un retazo de la tela que usé para varias cosas (entre ellas estas sillas y este puff) y me parecía perfecto para esta valijita... y amé entelarla!! No lo había hecho hasta ahora y me encanto hacerlo y sobre todo, el resultado.




No es la valijita ideal para guardar crónicas viajeras, pasaporte listo para nuevas aventuras, y esos recuerdos viajeros que andan deambulando por cajones varios?!
La verdad, este post era para contarles el proceso de reciclado y que la valijita ya estaba disponible en la tienda VP... Sin embargo, haciendo las fotos y dando vueltas algunas cosas por casa como suelo hacer... la valijita conoció a otras de su especie, tan viajeras como ella. Y se quiso quedar....




Yo la dejé... prometo conseguir alguna otra y ponerla así de linda, por si alguien anda necesitando una valijita viajera :)

Y hablando de viajes: con una valija un poco más grande parto prontito de vacaciones!! Wiiiii!!
Los que me leen hace rato saben que mis veranos suelen ser en Buenos Aires, así que acá estoy, esta vez con vacaciones en Abril/Mayo! A la vuelta les cuento... o me siguen en IG donde seguro comparta algo de mis andanzas.

Nos leemos pronto!


PS: dejo programados dos posts para que no me extrañen mucho