No lo pintamos de blanco, pero también fue el baúl de la novia al igual que este que les mostré hace poco. Otra renovación feliz, otra historia feliz!



Conocí a la novia!!! Sí, la novia es Cristina, y su madre fue la que preparó el baúl blanco para guardar el ajuar de novia cuando Cristina se casó. 40 años después,  lo renovamos para que Eugenia, hija de Cristina lo siga disfrutando. A Cristina le encantó cómo quedó "su" baúl, y recordó que en la familia había otro arrumbado en un quincho.
Era el baúl de otra hija de Cristina, a quien la abuela también le preparó su ajuar en un baúl cuando se casó... si, la madre de Cristina es la reina de los ajuares ♥
El tema es que no era de tan buena calidad como el blanco. De hecho, a pesar de tener menos años llegó bastante deteriorado.


Las maderas de la tapa se abrian cual abanico, los herrajes ya no servían... y aunque muchos piensen que era más fácil comprar uno nuevo... en esta familia de mujeres, novias y ajuares, este baúl NO era reemplazable. Y para mí y mi taller, tampoco!


J me ayudó un poco-mucho a rearmar y reforzar la tapa. Cuando estuvo listo, lo decapamos en blanco y un celeste que me tiene enamorada (y Cristina amó en cuanto lo sugerí). También reemplazamos los herrajes y las sogas plásticas originales por nuevos herrajes pintados de blanco y manijas.



La frase la eligió Cristina, me encanta así en frances y la tipografía es como ideal para esa frase, no?



Disfruté mucho  de intervenir y renovar estos baúles y de conocer esta historia de mujeres, ajuares de novia y espíritu romántico.
Cristina y Eugenia les agradezco la posibilidad de haber podido hacer este trabajo y poder sentir que con estos gestos, rescatando esos momentos familiares felices... la vie est belle ♥