Como les adelanté en este post, nos fuimos unos días para Córdoba.




La familia de mi cuñada cordobesa alquiló esta casa divina en Ascochinga y nos invitaron a pasar unos días. Viajamos el 25 de Diciembre y pasamos una semanita super tranquila en medio de las sierras.


La casa parece un mini pueblito, con un mix de colores pasteles, puertas de madera increíbles y unas vistas que solo brindan paz.




No hay electricidad, salvo a la noche que se prende un motor que apaga el último que se va a dormir, no hay señal de celu ni wi-fi excepto en "una piedra allá arriba" (y yo ni eso!) y para el agua caliente había que poner leña en unas calderitas...



Esas cosas que en la ciudad harían nuestra vida imposible, estando en ese entorno, compartiendo momentos divinos en familia, le daban un encanto extra a la estadía y te hacen bajar no uno sino 10 cambios apenas llegás!


Dormí mucho (no hay mejor somnifero que el río y el aire de las sierras!), leí otro tanto, comimos muchas cosas ricas y caserísimas! y con el paso de los días hasta me acostumbré a los bichos... que eran muchos!




Sobre todo, disfrutamos charlas, juegos, besos y abrazos con nuestros tres sobrinos que no pueden más de lindos! La verdad, no hubo mejor manera de comenzar el año ♥



Buena semana!