Bajo la consigna "Hoy compartimos", un grupo de bloggers nos juntamos todos los meses para postear un tema en común y desarrollarlo desde la perspectiva de cada uno de nuestros blogs.
Este mes toca transmitir algo... y si bien hay muchas cosas que me gusta/gustaría transmitir a través del blog y en cada post que hago...

Hoy elijo transmitirles el amor por OLIVIA.



De chica/joven tuvimos dos perras en casa de mis padres (Camila y Mika, dos setter irlandés DIVINAS!). Desde que nos casamos con J, siempre quise tener perro. Pero vivíamos en departamento, estábamos fuera de casa 12 horas al día... y encima nos gustan los perros grandes. Por lo que preferí esperar a tener al menos, más lugar.

Y así, una de las primeras cosas que hice apenas mudados a nuestra casa actual, fue empezar a llamar a los criaderos de braco húngaco o vizsla, que es la raza de Oli y que tenía anotada hacía tiempo porque me había encantado en cuanto la descubrí. Después de un par de llamados, me dicen en uno que justo tenían cachorritos recién nacidos. Nos mudamos un 24 de Junio, y Oli nació el 27. La vimos por primera vez de dos semanas! Y el 15 de Agosto, finalmente la pudimos traer a casa. Y tanto J como yo, estábamos felices! Cómo no morir de amor con un cachorrito así?!






Es una raza super inquieta (son perros cazadores) y demandante. Quieren estar pegados a uno todo el tiempo... y aunque a veces me cansa un poco... me encanta que sea así! A mí la onda perro-gato que no te da bolilla, no me va...





Al trabajar desde casa, estamos mucho juntas. Para mí es una compañía enorme. No me imagino la vida sin ella!





Se deja mimar cuando tengo ganas de apretujarla, me ha "secado" varias lágrimas con sus besos... me ha robado sonrisas en muchos momentos complicados... esas cosas que los que tenemos perro sabemos que sólo ellos pueden comprender y confortarnos de la manera que lo hacen, justo cuando lo necesitamos!



Hace menos de diez días, nos dio un susto tremendo. Jugando y saltando como suele hacer, cayó mal y se qubró una pata. Salimos corriendo a su veterinario, que nos mandó a un hospital veterinario porque era un tema quirúrgico. J la llevaba atrás... y yo manejaba y no podía evitar que se me cayeran las lágrimas. Enseguida la sedaron, le inmovilizaron la pata y el miércoles pasado la operaron de una doble fractura de tibia y peroné.
Sentirla sufrir, juro que nos desgarraba el alma. Realmente la queremos como nuestra "hija perruna"... La operación salió bien, pero ahora la recuperación implica reposo (cosas que se nos hace difícil con esta Olivia movediza) por al menos un mes...
Nos toca ahora a nosotros confortarla y hacer que se banque la poca movilidad permitida de la mejor manera...

Este post es simplemente eso, contarles más de Oli, que es tan linda! (perdón, pero no puedo ser objetiva!) y transmitir el inmenso amor que siento y sentimos con J hacia ella.




Gracias Oli por hacernos felices, por el amor que nos das!
y recuperate pronto, así podés volver a corretear como te gusta...




No dejen de visitar estos blogs, para ver qué nos quieren transmitir!