Para recorrer la Costa Azul, elegimos alojarnos en Saint Paul de Vence, un pueblito que está muy cerca de Niza y es como estar dentro de un cuento. A pesar de que nos recibió MUY nublado y con lluvia, nuestro Auberge era tan tan lindo que no nos importó recorrer Saint Paul paraguas en mano.


Desde Canes eran sólo 45 minutos a Saint Paul de Vence, y con google maps llegamos perfecto a nuestro hotel, que me enamoró en cuanto lo encontré en booking.com y por suerte era más lindo todavía en vivo! La Maison d'hote Les Orangers es una típica casa de la zona: construcción en piedra y celosías en un celeste divino y un jardín que si hubiese podido, me lo traía en la valija así tal cual:)



Creo donde más hablé francés en toda nuestra semana en Francia fue acá! La dueña me daba charla y no se preocupaba mucho de cuánto le entendía :) Lo que sí me quedó claro tanto por su charla como por lo que podíamos apreciar es que ama las plantas. Se instaló ahí hace 20 años y siempre se ocupó mucho del jardín. Hay arboles de naranjos, pomelos, cardos divinos, jazmines, suculentas, lo que quieras! Cada rincón era un sueño! Pensábamos relajarnos en la pile rodeados de todo ese verde, pero no fue posible... habrá que volver a Les Orangers con sol :)






Desde Les Orangers, son unas 20 minutos de caminata hasta Saint Paul de Vence, pero realmente no estaba lindo para caminar. Agarramos el auto y con una nube encima partimos, el camino es en pendiente, super verde, divino!

Saint Paul es el típico pueblito elevado y amurallado, de esos donde lo lindo es perderte entre sus callejuelas (como verán, fue nuestro ¨deporte¨ preferido estos días! je). Está muy bien conservado y las vistas desde las murallas son imponentes. En un día lindo, se ve el Mediterráneo, nosotros lo tuvimos que imaginar un poco :(




Las callecitas son super angostas, y los pisos de piedra mojados y brillantes por la lluvia le daban a todo una atmósfera que seguramente no es la más usual de los que visiten Saint Paul, pero no dejaba de ser encantador!



Varios pintores como Chagall, Picasso, Soutine y Cocteau "descubrieron" esta aldea y quedaron maravillados como también algunas estrellas de cine y básicamente todos aquellos que lo visiten, que de hecho en verano dicen que suelen ser muchos/demasiados. En nuestro caso ya era tarde y encima el clima no acompañaba así que había poca gente. Parte del beneficio de alojarte cerca es que podés recorrer Saint Paul evitando los malones de gente que llegan a conocerlo por el día...

Con o sin gente, con o sin lluvia, vale la pena subir y bajar sus callecitas y enamorarse de cada detalle. Seguramente como a mí, les van a dar ganas de tener alguno de los tantos ateliers que se asoman por ahí... 






Después de una cena riquísima en una lugarcito mini pero con mucha onda, al día siguiente, nos esperaba un desayuno así en Les Orangers:



Como si faltara algo, el sol se asomaba tímido pero con ganas y claramente nos queríamos quedar en este pedacito de paraíso por siempre.



Vieron las plantas y flores de ese jardín?! Qué placer empezar así cada mañana, nosotros tuvimos la alegría de tener dos mañanas así. Abajo les dejo los datos de dónde encontrar este paraíso piedra y pastel, rodeado de verde y con aroma a naranjos. 
Gracias por seguir viajando conmigo a través de mis fotos y recuerdos viajeros!





Más info:
- Les Orangers
Fue el hotel "más caro" de nuestro viaje, pero tampoco una locura y realmente lo vale! Las habitaciones son enormes, baño impecable, muebles divinos y el resto lo vieron arriba... todo como me gusta a mí, en perfecta armonía con la zona que visitábamos. De Niza son 30 minutos

- Turismo Saint Paul de Vence

- Por debajo del pueblo de Saint Paul pueden visitar la Fundación Maeght que alberga una gran colección privada del S. XX con un patio Giacometti, esculturas en los jardines, vitrales de Braque y mosaicos de Chagall.

- Pegado a Saint Paul de Vence está Vence, ciudad más grande y no tan pintoresca, pero que alberga la Chapelle du Rosaire, una capillita muy austera, pero con un interior con vitrales en azules, amarillo y verdes brillantes hecha por Matisse.

- Comimos MUY rico en Chez Andréas, sobre el lado SO de la muralla en Saint Paul. Es mini, pero hay buenos tragos, ricos vinos (al rosé de la Provence no hay con qué darle!) y lo que comimos nos encantó (ravioles a la trufa y la tarte tatin, increíbles!). 


* Podés ver los posts anteriores de esta recorrida por el sur de Francia en la categoría Alma Viajera